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astronave la ha gobernado un cerebro electrónico, que ya cerca de la Tierra esperó la
orden que no le dieron. ¡Es un caso asombroso e inigualable! El realizar este vuelo es un
acto de una audacia insensata.
Murátov se dirigió de nuevo al "cosmonauta".
¿Ha escuchado lo que ha dicho esta muchacha? preguntó.
Sí, lo he oído.
¿Han robado ustedes esta nave?
Ahora es nuestra.
Guianeya se volvió hacia el llegado. Se inclinó un poco hacia él y le preguntó algo en
su idioma.
Los ojos redondos brillaron con una alegría feroz. El forastero pronunció una larga
frase.
Guianeya palideció enormemente. Unos segundos miró a la cara de Merigo con los
ojos desmesuradamente abiertos. Después los cerró, lanzando un gemido y cayó sin
sentido a los pies de Matthews que no le dio tiempo de sujetarla.
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Parecía que ya no había ningún enigma más, que todo estaba claro.
Los ingenieros de la Tierra pudieron fácilmente comprender la construcción de la
astronave y sus motores que funcionaban bajo el principio de la interacción de campos
gravitacionales y antigravitacionales. La técnica terrestre ya había llegado a la solución de
problemas parecidos, y se encontraron pocas cosas nuevas en el "descubrimiento".
Esto no causó a nadie asombro. Juzgando por las instalaciones de la astronave, el
desarrollo de la técnica en la patria de Guianeya se encontraba aproximadamente al
mismo nivel que la técnica de la Tierra.
El camino recorrido por la nave, reflejado en el programa del cerebro electrónico, fue
descifrado incluso sin la ayuda de Guianeya. Y en las cartas estelares se marcó una
estrella, el Sol del planeta, de donde partieron los cuatro.
Estuvieron en camino casi siete años, según el tiempo terrestre. La velocidad fue
grande, y en la patria de los astronautas transcurrió mucho más tiempo.
No ofrecía ninguna dificultad el que regresaran los cuatro. Era fácil introducir en el
programa la orden de aterrizar. Pero los científicos de la Tierra decidieron de otra forma,
ya que no querían dejar pasar la feliz ocasión que se les había presentado.
A los cuatro les dijeron que podían regresar y añadieron que no volarían solos, que con
ellos irían personas de la Tierra. El camino les parecerá mucho más corto y no había que
atormentarse durante siete años ya que el baño de anabiosis había sido completamente
reparado y de esta forma los siete años se transformarían en un solo mes.
Las leyes de la relatividad eran incomprensibles para Merigo y sus compañeros, y no
creían que al regresar no encontrarían a aquellos que dejaron. Pero con alegría acogieron
la idea de regresar a la patria.
Estábamos convencidos de que nos quedaríamos aquí para siempre dijo Merigo,
el único de los cuatro con el que se podía hablar.
Los otros tres podían, con dificultad, pronunciar sólo unas cuantas frases en español.
Claro está que también podían hablar con ellos los que dominaban el idioma de Guianeya.
Ustedes dicen que nosotros no veremos más a nuestros familiares añadió
Merigo . Ya nos hemos hecho a esta idea, y nos despedimos de ellos para siempre
cuando abandonamos nuestra patria.
La grandeza de la abnegada hazaña de los cuatro admiró a los habitantes de la Tierra,
y destacaba esta hazaña el que los cuatro no tenían conciencia de lo que habían
realizado. Y aunque su acto fue completamente innecesario, las personas estaban
dispuestas a todo para agradecer a los cuatro sus buenas intenciones.
La presencia de Guianeya en la Tierra demostró a Merigo y a sus amigos que habían
ido a parar precisamente a donde deseaban. Pero les fue muy difícil creerlo, ya que este
planeta no tenía nada de parecido al que ellos esperaban ver.
Ya en la nave comprendieron en seguida que les había engañado la primera impresión
y que las personas que se encontraban cerca de la nave no eran los "odiados", sino seres
parecidos a ellos, y por esto salieron.
La acogida que se les dio, todo lo que les rodeaba y la atención que se les prestaba,
pronto les hizo convencerse de que se encontraban entre amigos, no menos poderosos
que los "odiados", sino mucho más.
El instinto no les había engañado: eran sus hermanos.
Los cuatro se adaptaron de una forma asombrosamente rápida.
Merigo y sus camaradas habían nacido bajo el poder de los "odiados". Desde la
infancia recibieron instrucciones de los "odiados", ya que ellos no querían tener criados y
obreros "salvajes" e incultos.
Entre Merigo y sus antepasados, que no conocieron la invasión de los advenedizos del
cosmos, había una enorme diferencia en su desarrollo. Para todos esto quedó claro
cuando Merigo relató lo que había pasado en su patria.
Su relato lo escucharon con atención extraordinaria pero con horror. La feroz
colonización de la isla pacífica, el apoderamiento brutal de la tierra, la crueldad de los
conquistadores, todo esto recordaba los terribles tiempos de la época del colonialismo en
la Tierra.
¿Y quién llevaba a cabo la violencia? ¡Gente que estaba en posesión de una alta
técnica, seres que volaban con toda facilidad de un planeta a otro!
¡Esto parecía inconcebible, imposible, pero era un hecho real!
¡Queda oculto algo! dijo a todos la misma Marlen Frezer . Ni Guianeya ni Merigo
saben todas las causas. Es completamente imposible el empleo de la violencia por una
humanidad que se encontraba a un nivel tan alto, como la de Guianeya, sobre otra. Está
excluido. Evidentemente en este caso se reveló la maligna voluntad de un grupo
relativamente pequeño. No se puede hacer deducciones apresuradas y juzgar a todo el
pueblo de Guianeya por la conducta de un grupo no grande, separado de él. Me parece,
que Pérventsev tiene razón: que nos hemos encontrado con seres altamente
desarrollados, que ocupaban las mismas posiciones que los capitalistas norteamericanos
a mediados del siglo veinte, que preparaban la ruina de la humanidad en una guerra
termonuclear. Su nivel moral era el mismo. En el caso mensionado eran nada más que
conquistadores que se dirigían en busca de nuevos planetas y que se exacerbaron al
verse alejados de su patria. Es posible que estas personas no hayan tenido nada de
común con su pueblo. Podían haber sido personas expulsadas de su planeta. Sin
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